Yoga es una disciplina que tiene miles de años de antigüedad. Hoy en día se sigue practicando y muchas personas en el mundo se benefician de su práctica.
El Yoga no es sólo una práctica física, ya que además de trabajar a nivel corporal permite al practicante entrar en diferentes planos del ser y profundizar, descubrir, concienciar, elevar. El Yoga entendido como ejercicio nos ayuda a mantener y mejorar la condición física del intérprete, al tratar los diferentes desequilibrios corporales derivados de la interpretación; la práctica regular flexibiliza, fortalece, estira; pero también a través del Yoga podemos tratar aspectos psico-emocionales relacionados con fobias, miedos, inseguridades, y una larga lista de exigencias internas y externas a las que el músico está sujeto.
Cuando hablamos de trabajo de Yoga enfocado en músicos, lo primero que debemos tener en cuenta es que el trabajo es una propuesta para preparar el cuerpo, mente y emociones para la interpretación, para poder acceder a la práctica musical desde una consciencia corporal adecuada, y desde un estar presente en lo que está pasando, en el cuerpo y en la música. El Yoga nos ofrece mucho más que una mayor consciencia corporal para prevenir lesiones. El Yoga incluye también un desarrollo progresivo en la capacidad de concentración y enfoque, gracias a los estados meditativos y la consciencia global de la respiración nos ayuda a relajarnos y mejorar nuestro fraseo musical.
A través de la práctica de Yoga aprendemos a estar presentes, a vivir desde el desapego, ya que solo desde el desapego podemos estar en el aquí y ahora, sin expectativas de cómo deberíamos ser, o como seremos en el futuro.
Desde una visión yóguica, no importa lo que no se ha conseguido ayer, no importa lo que se puede o no conseguir mañana. Lo importante es saber gestionar lo que ocurre ahora, sobre todo cuando la mente comienza a juzgar o a valorar la practica musical individual en cuanto aparece una dificultad.
El Yoga no es sólo una práctica física, ya que además de trabajar a nivel corporal permite al practicante entrar en diferentes planos del ser y profundizar, descubrir, concienciar, elevar. El Yoga entendido como ejercicio nos ayuda a mantener y mejorar la condición física del intérprete, al tratar los diferentes desequilibrios corporales derivados de la interpretación; la práctica regular flexibiliza, fortalece, estira; pero también a través del Yoga podemos tratar aspectos psico-emocionales relacionados con fobias, miedos, inseguridades, y una larga lista de exigencias internas y externas a las que el músico está sujeto.
Cuando hablamos de trabajo de Yoga enfocado en músicos, lo primero que debemos tener en cuenta es que el trabajo es una propuesta para preparar el cuerpo, mente y emociones para la interpretación, para poder acceder a la práctica musical desde una consciencia corporal adecuada, y desde un estar presente en lo que está pasando, en el cuerpo y en la música. El Yoga nos ofrece mucho más que una mayor consciencia corporal para prevenir lesiones. El Yoga incluye también un desarrollo progresivo en la capacidad de concentración y enfoque, gracias a los estados meditativos y la consciencia global de la respiración nos ayuda a relajarnos y mejorar nuestro fraseo musical.
A través de la práctica de Yoga aprendemos a estar presentes, a vivir desde el desapego, ya que solo desde el desapego podemos estar en el aquí y ahora, sin expectativas de cómo deberíamos ser, o como seremos en el futuro.
Desde una visión yóguica, no importa lo que no se ha conseguido ayer, no importa lo que se puede o no conseguir mañana. Lo importante es saber gestionar lo que ocurre ahora, sobre todo cuando la mente comienza a juzgar o a valorar la practica musical individual en cuanto aparece una dificultad.